No sé por dónde empezar, aún tengo
la cabeza persiguiendo el aroma que ha dejado en la casa la propuesta
de “Bake The World” para este mayo que ya se escapa a toda
velocidad, aunque lo cierto es que no voy a quejarme de esta semana
fresca y gris que ha tocado techo con la última hornada... Pain
brié!
Cuando llegó a mi bandeja de entrada y fui pinchando enlaces se me abrieron los ojos como platos y ya no podía dejar de darle vueltas, leí y releí, imaginé, anoté y al final me decidí por seguir la receta de Normandie Heritage, con algún “ligero” cambio a partir de ideas entresacadas de aquí y allá y que, me parecía, completaban la elaboración. Por fin, metida en harinas y disfrutando del amasado, pasó el tiempo de espera (hacer pan tiene lo que tiene: la paciencia es un ingrediente importante y se aprende muy bien a gestionarlo cuando te lanzas a panear) y pudimos saborear nuestro pan brié. Una delicia, miga suave y compacta, con olor a pan que deja escapar un ligero aroma a mantequilla, la corteza no ha quedado tan gruesa como esperaba, creo que ha sido el pago de la novatada y será la excusa perfecta para hacer otro y dar buena cuenta de él al más puro estilo normando ¡con langostinos! (los que coman bichos) o con una buena mantequilla casera (para los que no los coman -los bichos-, o sea, yo misma). Aunque también podemos llegar a una sencilla propuesta como un tostado ligero y un buen aceite del Somontano... y habrá que ir pensando en el vino ¿alguna sugerencia? Os contaré lo que vayamos probando.
Ingredientes:
Masa madre
450 g de harina de fuerza
8 g de levadura fresca
300 ml de agua
Masa
200 g de harina de fuerza
5 g de levadura fresca
30 g de mantequilla
10 g de sal fina
45 ml de agua
Preparación:
Para la masa madre calentamos el agua a
20º-30º y diluímos en ella la levadura. Agregamos el agua a la
harina, que tendremos ya colocada en un recipiente o bol grande donde
poder mezclar bien. Mezclamos y amasamos hasta tener una masa
homogénea y flexible. Tapamos y dejamos fermentar 8 horas a
temperatura cálida. Podemos hacerlo por la noche y elaborar el pan a
la mañana siguiente o por la mañana y elaborarlo por la tarde (esto
es lo que hice yo para probarlo en el desayuno).
Templamos los 45 ml de agua y
disolvemos la levadura, lo añadimos a la harina junto con la
mantequilla bien blanda y en trocitos, mezclamos bien y lo agregamos a la
masa madre, en este momento añadimos la sal. Comenzamos ahora el
amasado, el objetivo es que la masa no acumule aire: sobre la mesa amasamos con el rodillo, amasamos a
mano, plegamos y dejamos reposar 5 minutos, repetimos el proceso dos
o tres veces (en total no ocupará unos 30 minutos) hasta obtener una masa ligera y homogénea, suave al
tacto, boleamos y dejamos levar una hora en un recipiente, bien
tapado. Pasado el tiempo sacamos la bola, damos forma a nuestro pan,
alargado pero rechoncho, tapamos con el paño y dejamos fermentar
otra hora.
Calentamos el horno a 250º,
espolvoreamos la plaza del horno con harina, colocamos encima nuestro
pan y le hacemos a lo largo tres o cinco cortes de medio centímetro
de profundidad con una cuchilla, cúter o cuchillo fino, pasamos al
horno, en cuyo fondo colocaremos un recipiente con agua, y horneamos
5 minutos a 250ºC y 15 minutos a 230ºC, Una vez pasado el tiempo
apagamos el horno y abrimos un poco la puerta, dejando que pierda
temperatura unos 10 o 15 minutos, pasados los cuales sacamos nuestro
pan brié y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Bueno... ya sólo queda rebanar y
disfrutar.