miércoles, 24 de agosto de 2016

Bizcocho de Plátano. Sin gluten.







Ésta es una doble adaptación de mi receta del Pan de plátano que publiqué en 2013 para el World Bread Day, y digo doble porque es una versión sin gluten y adaptada para Thermomix (para hacerla siguiendo el método tradicional seguid los pasos como en la del Plan de Plátano).

Es una receta ideal para aprovechar los plátanos, rica y saludable, que nos soluciona desayunos o meriendas o que acompaña perfectamente un momento de relax con té o café. Vamos, que todo son ventajas, así que ya podéis ir encendiendo el horno. Y buen provecho.






Ingredientes

3 ó 4 plátanos maduros (250g)
80 g de azúcar
4 huevos
1 pizca de sal
1 sobre de levadura química en polvo (10g)
10 g de harina de lino
75 g de aceite de girasol o 70 de aceite de oliva suave
150 g de harina de arroz
50 g de harina fina de maíz (fécula de maíz o maizena)
2 cucharadas rasas de fideos de chocolate o 50 g. de nueces troceadas pequeñas.
















Preparación

Precalentamos el horno a 175ºC

Tamizamos las harinas junto con la levadura química 30 seg / vel 4. Reservamos.

Ponemos en el vaso del Thermomix los plátanos con el azúcar y la sal y trituramos a velocidad 5'5 hasta que quede una crema homogénea. Vamos mirando por el bocal ya que el tiempo dependerá del punto de madurez de los plátanos.

Colocamos la mariposa en las cuchillas, añadimos los huevos y batimos 1 minuto / vel 4

Retiramos las cuchillas, ponemos vel 3 sin tiempo y vertemos el aceite por el bocal para que se integre.

Añadimos la mezcla de harinas con la levadura y las virutas de chocolate o las nueces y mezclamos 10 seg / vel 4.

Si es necesario terminados de mezclar con la espátula y vertemos a un molde de cake forrado con papel de hornear.

Horneamos a media altura durante 45-50 minutos. Comprobamos el punto de cocción pinchando con un palillo largo o con una brocheta (ha de salir seco).

Dejamos enfriar dentro del molde. Cuando ya esté completamente frío retiramos del molde y espolvoreamos con azúcar glas al gusto o cubrimos con un glaseado de azúcar, sirope de chocolate o ganache.



Notas:

Si se dora mucho la superficie cubrimos con papel de aluminio para evitar que se queme.

Una vez frío y retirado del molde guardarlo envuelto en papel de aluminio.

Según estén los plátanos deberemos consumirlo en más o menos tiempo: con unos plátanos maduros pero que aún no se han oscurecido puede durar hasta una semana. Si estaban ya oscuritos y blandos es recomendable consumirlo en 3 ó 4 días y conservarlo en la nevera.








lunes, 15 de agosto de 2016

Flan de Café Capuccino

Si hay un postre clásico "sensu stricto" ese es el flan. Documentado desde el siglo VI a.C. el tyropatinam romano era una copia de una preparación coquinaria griega a base de huevos leche y miel cocinados hasta cuajarse el huevo y servido espolvoreado con pimienta. Seguimos encontrando referencias al flan o flado durante la Edad media en preparaciones dulces o saladas, y en España y Francia se popularizó su versión como postre dulce.

Un preámbulo histórico para un postre que ha conquistado las cocinas de medio medio mundo y sigue alegrando nuestras cocinas y estómagos en cualquiera de sus versiones. Hoy traigo un Flan de Capuccino que no es difícil de preparar y siempre resulta ser el remate perfecto de un buen menú, en cualquier ocasión y temporada. No dejéis de probarlo...






Ingredientes

Para el caramelo:
40 g de azúcar
1 cucharada de agua

Para el flan:
200 ml de buen café
300 ml de leche entera
100-130 g de azúcar (ajustar al gusto)
4 huevos grandes (L)
1 cucharadita de extracto de vainilla o media vaina
1 cucharadita de canela en polvo o un palito de canela


Preparación tradicional


Para el caramelo fundimos el azúcar con el agua en un cazo o sartén, sin remover, hasta que se haga el caramelo. Cuando tenga un color dorado buen oscuro lo repartimos en los moldes. Dejamos enfriar.

Calentamos el horno a 150º C.

En un cazo calentamos la leche con la canela y la vainilla y lo apartamos del fuego cuando llegue al punto de ebullición. Dejamos templar e infusionar la leche mientras batimos los huevos con el azúcar en un bol. Pasado el tiempo de enfriado de la leche retiramos la vaina de vainilla y el palito de canela (si los hemos puesto así y no en polvo o extracto). Añadimos la leche tibia a los huevos, sin dejar de remover, poco a poco, y cuando la mezcla esté homogénea la repartimos en el molde o moldes caramelizamos y los tapamos con papel de aluminio.

Colocamos los moldes en un recipiente apto para horno, algo hondo, y lo rellenamos con agua hirviendo hasta la mitad de los moldes, como mínimo, Metemos en el horno y cocemos unos 30 minutos (podemos comprobar el punto de cocción pinchando el flan con un palillo, ha de salir limpio). Retiramos del horno, sacamos los flanes del baño maría y dejamos enfriar. Luego los guardamos unas horas en la nevera hasta que estén bien fríos. Mejor de un día para otro.

Servir solo o acompañado de nata montada o merengue espolvoreados con cacao y canela.


Preparación en Thermomix

Para el caramelo fundimos el azúcar con el agua en un cazo o sartén, sin remover, hasta que se haga el caramelo. Cuando tenga un color dorado buen oscuro lo repartimos en los moldes. Dejamos enfriar.

Ponemos en el vaso la leche, el café, los huevos y el azúcar con la esencia de vainilla y la cucharadita de canela (aquí no empleamos las especias en vaina o palito porque no vamos a hacer la infusión en leche como en la receta tradicional). Mezclamos 10 seg / vel 3.

Vertemos la mezcla en el molde caramelizado y lo cerramos con su tapa o con papel de aluminio y colocamos en el recipiente Varoma.

Vertemos en el vaso 700 g de agua, colocamos el recipiente Varoma en su posición y programamos 40 minutos / temp Varoma / vel 1. Pasado el tiempo, comprobamos que esté cocido con una brocheta o palillo (si no está aún programamos 5 minutos más). Una vez terminado, dejamos enfriar hasta temperatura ambiente y luego unas horas en la nevera.

Nota: Si hacemos el flan en moldes individuales, programaremos 30 minutos en lugar de 40.


Preparación en olla rápida

Necesitaremos una flanera con tape hermético.

Podemos preparar la mezcla al modo tradicional o mezclando bien todo en frío con un batidor (como se indica para la preparación en Thermomix).

Caramelizamos la flanera y cuando esté frío el caramelo añadimos la preparación del flan, cerramos la flanera, la colocamos en la olla rápida, con la rejilla del fondo, para que no toque directamente la base de la olla, y le echamos agua hasta que alcance un centímetro más o menos de la flanera. Cerramos y ponemos al fuego. Cuando se levante la segunda línea de la válvula ajustamos la potencia del fuego para mantener la olla a máxima potencia durante cinco minutos. después apagamos y apartamos, dejando el flan dentro de la olla, sin abrirla hasta que se enfríe totalmente. Sacamos la flanera de la olla y la ponemos en la nevera, refrigerando bien el flan durante unas horas.

¡...Y a disfrutarlo!












jueves, 20 de noviembre de 2014

Aceite de oliva con chocolate








            Pues llegó el día del aceite, en el Somontano ya se termina la recogida de las olivas y nos enorgullecemos de producir aceites de gran calidad, así que no vamos a perder la ocasión y os recomendamos que los probéis (ya veo que tendré que publicar un pequeño reportaje sobre nuestras almazaras)... Y si terminar con la recogida puede ser motivo de celebración no pienso dejar pasar la ocasión de traeros un aceite delicioso, ya no por su calidad en sí, sino por su aromatización, que no deja indiferente a nadie y estimula la imaginación coquinaria y culinaria hasta lo insospechado... ¿Qué tal si en los comentarios dejáis las sugerencias que se os ocurran para disfrutar de nuestro aceite de oliva con chocolate?





Ingredientes:

25 g de chocolate negro fondant
Medio litro de aceite de oliva virgen extra
    (o cuarto de AOVE y cuarto de oliva suave, si no gusta tan fuerte...Aunque yo        prefiero que sepa bien a oliva)


Preparación tradicional:

            Con un rallador, picadora o molinillo rallamos o pulverizamos el chocolate y lo ponemos en un cazo junto con el aceite a fuego moderado, entre 55 y 70 grados, que coja temperatura suficiente para fundir el chocolate y facilitar su emulsión con el aceite. Vamos dando vueltas sin parar, con una chuchara de madera, durante unos 7 u 8 minutos y terminamos emulsionando bien la mezcla con unas varillas o con la batidora eléctrica o 'turmix'. Envasamos y dejamos enfriar. Habrá que agitar bien la botella antes de usar pues el chocolate se asola.





Preparación en Thermomix:

Colocar en el vaso bien seco los 25 g de chocolate en trozos y rallar con varios golpes de turbo.
Bajar de las paredes con la espátula el polvillo de chocolate y añadir 500 g de aceite de oliva y programar 5 minutos/60*/vel 3. Al terminar ponemos 10 segundos a velocidad 4 sin temperatura. Envasamos.



miércoles, 19 de noviembre de 2014

Minicakes de calabacín con crema de quesos y nueces.



     





      Después de tantos y tantos días sin publicar retomo la marcha con una receta ligeramente especial: una receta sin gluten. No tiene ningún misterio, acaso una pequeñísima historia que la justifica enormemente pues no solo satisfará a los celíacos sino también a todos los que la prueben... Esta receta ha sido un pequeño reto, no hay celíacos en casa pero sí cerca y la proximidad del "Taller de cocina sin gluten en Thermomix" requería el esfuerzo así que aquí está mi aportación: unos minicakes salados de calabacín con crema de quesos y nueces.

(Publico el post de momento sólo para Thermomix, en cuanto tenga un rato la redactaré para cocina tradicional y editaré)




Ingredientes:

120 g. de calabacín
30 g. de vino blanco
4 huevos
200 g. de aceite de girasol
200 g. de harina sin gluten
          (he usado el preparado panificable de Baiker)
1 sobre de levadura química sin gluten
1 pellizco de sal
100 g. de queso azul
100 g. de mozarella
20 g. de nueces picadas.






Preparación (en Thermomix)

Colocamos en el vaso el trozo de calabacín, el vino blanco y los huevos y programamos 1 minuto / 37 * / vel 5. Después 2 minutos / vel 5 (sin temperatura). Añadimos el aceite y programamos 15 segundos / vel 5.
Incorporamos al vaso la harina, la levadura y el pellizco de sal y mezclamos 8 seg / vel 6.

Con esta masa  rellenamos 3/4 de los moldes de minicakes (o de magdalenas) y dejamos reposar en frío 30 minutos.

Precalentamos el horno a 180* y, pasado el reposo de la masa, cocemos los minicakes unos  20 minutos a 180* a media altura. Retiramos del horno, dejamos entibiar en los moldes y después los sacamos y dejamos enfriar sobre uns rejilla.

Mientras se hornean los minicakes preparamos la crema de relleno colocando los dos quesos en el vaso limpio junto con la mitad de las nueces picadas y programando 4 minutos / 40* / vel 1.

Una vez fríos los minicakes con un cuchillo practicamos un corte profundo pero que no llegue al fondo ni a los extremos y, con la crema de queso en una manga pastelera con boquilla lisa, rellenamos los minicakes. Luego espolvoreamos por encima con el resto de las nueces picadas. Si los acompañamos con un buen vino serán un aperitivo perfecto.

También podemos hacer unos cakes de tamaño mediano (molde de 20x10) y cortar rebanadas sobre las que poner la crema de queso y nueces.


jueves, 7 de agosto de 2014

El Caribe en la tostada... ¡Mermelada de Mojito!

 



          
       

             Siglo XVI, piratas, el Caribe… ¿alguien sabe qué hacía el temido sir Francis Drake mientras contaba el oro del último botín? 
Pues saborear un “Draquecito”,  uno de esos que inventó su mano derecha,  Richard Drake para refrescarle la boca y el ánimo tras los marítimos asaltos y escaramuzas para hacerse con el oro español.


      Y si saltamos cuatro siglos y seguimos  en el Caribe encontraremos a Hemingway  en la Bodeguita del Medio… con un descendiente directo del Draquecito entre las manos, el Mojito, que ahora ya en el siglo XXI sigue refrescando bocas y ánimos.


      Bueno, no vengo a dejar una más de las innumerables recetas de mojito que giran y giran, como el mundo, por  publicaciones de lo más variadas, aunque después de darme unos buenos paseos por ellas, creo que probaría unas cuantas. Vengo a empujaros a la cocina, y a que encendáis el fuego, aunque si aún hace calor para darle al fuego podéis dejarlo para el mes próximo o para el otoño, o el invierno, o cuando queráis, estoy segura de que siempre os apetecerá  tener… ¡mermelada de Mojito!, porque una vez que se prueba, incluso los menos mermeladeros, no pueden resistirse a ella.






Ingredientes

2 limas bien lavadas
175 ml de agua
175 ml de gaseosa, Sprite, 7Up o sifón
50 g de ron añejo
400 ml de agua mineral o filtrada
1 cucharadas de hierbabuena picada
600 g de azúcar blanco


Preparación

Exprimimos las tres limas y ponemos el zumo en una cazuela de fondo grueso, agregamos las cáscaras de las limas troceadas  (podemos picarlas con el cuchillo o con unos golpes de picadora, que queden trocitos como de medio centrímetro) . Añadimos el resto de los ingredientes y llevamos a ebullición, dejando cocer justo en el punto en el que se mantiene el hervor, destapado, durante 60 a 90 minutos. Mientras, vamos espumando la mermelada, retirando la espumilla que se va haciendo con cuidado de no llevarnos la hierbabuena o los trocitos de cáscara de lima. Una vez que la mermelada ha alcanzado su punto la repartimos en tarritos esterilizados, cerramos y ponemos boca abajo hasta que estén totalmente fríos.



En Thermomix

Ingredientes

2 limas bien lavadas
170 g de agua
170 g de gaseosa, Sprite, 7Up o sifón
50 g de ron añejo
400 g de agua filtrada
1 cucharadas de hierbabuena picada
600 g de azúcar blanco

Preparación
Ponemos las tres limas en el vaso,  llevamos el selector de velocidad a posición “Vaso cerrado” y damos tres golpes de Turbo.
Incorporamos al vaso el resto de los ingredientes, pero reservando 200 g del azúcar (echamos 400 g de azúcar) y programamos 30 minutos, a 100º y velocidad 2.
Recogemos lo que  se ha pegado por las paredes y tapa del vaso y lo devolvemos al líquido junto con el resto del azúcar. Programamos 30 minutos, 100 º, velocidad 1, sin cubilete.
Volvemos a recoger si se ha salido algo por arriba y programamos otros 15-30 minutos, Varoma, velocidad 1, sin cubilete.



Con estos tiempos (total de 90 minutos, como máximo) sale bastante espesa, como una gelatina, sería interesante ajustar los tiempos a nuestro gusto, controlar cómo queda fría después de la primera hora de cocción (sacando un poco a un pequeño recipiente con un baño maría frío para hacernos  una idea de la densidad que va ganando nuestra mermelada). A mí me ha quedado bien  así, he hecho una segunda mermelada combinando azúcar blanco con moreno y queda de un color tostado que le otorga un aire diferente. 

miércoles, 30 de julio de 2014

Grissini di Torino




         Pensaba que no llegaba a tiempo porque no recordaba la fecha tope que nos proponía “Bake the World”  para tener listos los deliciosos palitos de pan que en Italia y gran parte del universo se conocen como grisines y que tienen diversas variantes en numerosas cocinas. Pues en esto andaba yo, echando un vistazo a las diferentes recetas que circulan por la red y por los libros, haciéndoseme la boca agua, porque siempre me han gustado, especialmente los artesanos, pero nunca  había decidido  ponerme manos a la obra,  así que nada mejor que una calurosa tarde de sábado para darle marcha al horno y amasa y amasar y rodar y rodar y… sudar y sudar.  Primera conclusión: hay cosas que mejor hacer en invierno. Pero después de todo esto, cuando ya tienes los grissini en la mesa, y con toda la parafernalia fotográfica, y los pruebas  llegas a la segunda conclusión:  “¿calor?, bah! A estas alturas ya no hay calor que acobarde y menos aún si se trata de grissini”. Además tienen historia.



No es difícil situarse en la Torino del XVII, sobre todo si somos capaces de dejarnos seducir por la obra que el duque Carlo Emanuele II encargó para dar a conocer su precioso y preciado ducado, y el “nivelazo” que habían alcanzado, al resto del mundo. Así podemos comenzar nuestro viaje al Turín de los primeros grissini con el “Theatrum Statuum Sabaudiae”  en la mochila y cualquiera de sus fantásticos planos y vistas de la ciudad.  Y ya ubicados vamos a saborear nuestros grissini como debió de hacerlo Vittorio Amadeo II de Saboya cuando por indicación de su médico el panadero de la corte creó unos palitos de pan que pudiese comer aquel duque de delicado estómago al que sentaba mal la miga del pan… todo fueron parabienes, el duque ya tenía su pan, se conservaban bien por más tiempo y Napoleón se encargó de extender su fama. Y así hasta hoy, todos encantados con estos palitos que alegran cualquier mesa  y acompañan muy dignamente aperitivos, comidas, cenas, brunch...



            Yo traigo la receta de la Academia Barilla porque es la que se ha cruzado con más decisión en mi camino, y os la cuento en versión tradicional y versión Thermomix, con lo que éste es el primer post doble formato del Klibanos y contenta que me he quedado. Día de estreno total.








Ingredientes:



600 g de harina de trigo todo uso
100 g de harina de fuerza
7 cl de aceite de oliva virgen extra
15 g de sal
25 g de levadura fresca de panadería
32 cl de agua





Preparación:


Tamizar la harina y mezclarla con la levadura desmenuzada y el aceite. Ir añadiendo el agua con la sal y mezclar hasta obtener una masa que amasaremos durante 10 o 15 minutos.
Dividimos las masa en 24 porciones y las dejamos fermentar, cubiertas con un paño o film plástico de cocina en un lugar cálido, entre 30 minutos y una hora.
Calentamos el horno a 180ºC. espolvoreamos harina sobre la mesa en la que vayamos a trabajar y estiramos cada porción haciéndola rodar hasta que tenga unos 40-50 cm de longitud. Vamos colocando nuestros grisines sobre la bandeja del horno cubierta con papel de cocina y, cuando la tengamos llena, pincelamos o pulverizamos con una emulsión de agua y aceite de oliva (1:1);  horneamos hasta que adquieran un bonito color dorado rojizo (un mínimo de 8 minutos y hasta unos 20, eso ya depende de la humedad y el grosor de nuestros grissines)



Para elaborar la masa en Thermomix (TM31)

600 g de harina para todo uso
100 g de harina de fuerza
70 g de aceite de oliva virgen extra
15 g de sal
25 g de levadura prensada
320 g. de agua


Colocamos en el vaso la harina y la levadura y tamizamos 30 segundos/vel 10.
Añadimos la sal, el aceite y el agua y mezclamos 15 segundos/vel 5.
Ponemos en posición de vaso cerrado y programamos 10 minutos/ amasar (espiga)
Una vez terminado el tiempo sacamos la masa del vaso, formamos una bola y dividimos en 24 porciones que dejaremos fermentar entre media hora y una hora, cubiertas con un paño y en sitio cálido.
Calentamos el horno a 180ºC. espolvoreamos harina sobre la mesa en la que vayamos a trabajar y estiramos cada porción haciéndola rodar hasta que tenga unos 40-50 cm de longitud. Vamos colocando nuestros grisines sobre la bandeja del horno cubierta con papel de cocina y, cuando la tengamos llena, pincelamos o pulverizamos con una emulsión de agua y aceite de oliva (1:1);  horneamos hasta que adquieran un bonito color dorado rojizo (un mínimo de 8 minutos y hasta unos 20, eso ya depende de la humedad y el grosor de nuestros grissini)





Estos son los originales, pero las variantes llegarán de la mano de nuestra imaginación, gustos o inspiración… yo he hecho ocho tradicionales, pero luego el resto de las porciones las he dividido en dos para obtener unos grissini más estrechos y unos los he puesto con cebolla frita, otros con tomillo y con los otros he iniciado una pequeña búsqueda que perfeccionaré poco a poco, así que no lo cuento pero lo contaré en cuanto equilibre bien las proporciones (no tardaré porque estarán buenísimos, ya lo estaban hoy, jejejeje)


viernes, 25 de julio de 2014

Gazpacho de manzana, pepino y melón.





No sé si es de recibo pasar tantos días con la actividad en "reposo", suena a paradoja pero la cocina no ha parado aunque por diferentes circunstancias sí que lo han hecho las publicaciones, así que toca una pequeña disculpa y la correspondiente explicación: lo que sucede es que mi ordenador se quedó sumido en la más absoluta oscuridad, a la vez que el chiquitín de  la casa (note book) se quedaba obsoleto, o sea, pantalla en negro y XP definitivamente KO, a esto sumamos dos cursos más que interesantes, de esos que te absorben a tiempo completo y te dejan quince días fuera del mundo, y una novedad en mi cocina que se verá reflejada en El Klibanos pues pronto comenzaré a postear las recetas "al cuadrado", en modo tradicional y en modo Thermomix, jejeje... por algo el amigo Miguel la llama "la máquina infernal", pues te lleva al pecado con más asiduidad, si cabe.

Y para volver a meterme en faena llego con una sugerencia de Fernando, valiente cocinero doméstico y vegetariano imposible que, desde su montañés retiro del mundanal ruido, no deja de cazolear y de enviarme alguna que otra sugerencia para probar y opinar. Por ejemplo, fue el creador espontáneo del primer aliño de encurtidos que probé y que ajusté y estandaricé a mi gusto en la ensalada de garbanzos que subí esta primavera, así que voy a rendirle merecido homenaje con este gazpacho de hoy, para que se anime a probarlo ya que es una modificación de una receta que él encontró y degustó y disgustó ("era como un Tzatziki más líquido") y que yo he reversionado para que sea un entrante bien fresco, nutritivo y ligero para sobrellevar estos calores que nos ahogan. Probadlo y disfrutadlo cualquier día (o noche) de verano.



Ingredientes:

1 manzana verde (Granny Smith)
2 pepinos
1/4 de melón Piel de Sapo
1 o 2 dientes de ajo
150 g. de yogur griego
1 vaso de agua
10 o 12 cubitos de hielo
Aceite
Vinagre
Sal
Pimienta
Eneldo
1 rebanada grande de pan tostado y cortado en cubitos (opcional)
queso feta en dados un poco grandes (opcional)
Taquitos de pepino (opcional)



Preparación:

Lavamos bien la manzana y los pepinos pues irán con piel. Descorazonamos la manzana, descortezamos y despepitamos el melón y quitamos las puntas a los pepinos (si la piel de éstos es gruesa podemos pelarlos muy ligeramente, esto es al gusto, yo los dejo con toda la piel). Troceamos manzana, melón y pepinos y los ponemos junto con el ajo en el vaso de la batidora. Batimos bien, dejando triturar hasta que quede un puré lo más fino posible.  Ahora podemos pasarlo a un bol grande o sopera: si nos gusta grueso lo ponemos tal cual ha salido, si preferimos que quede fino añadimos ahora el vaso de agua y lo pasamos por un colador no muy fino y le ayudamos removiendo y presionando con el dorso de un cucharón para que sólo quede la fibra arriba y se "exprima" bien. Si lo hemos dejado grueso añadimos ahora, en el bol, el vaso de agua, el aceite, el vinagre, la sal y la pimienta y volvemos a batir, haciendo círculos con el brazo de la batidora para que se mezcle bien y se emulsione antes el aceite. Paramos, añadimos el yogur y mezclamos bien con la batidora a baja potencia, rectificamos de sal y agregamos los cubitos. Volvemos a mezclar bien, a baja potencia, con la batidora y cuando ya estén casi deshechos los cubitos de hielo lo guardamos en la nevera para servirlo bien frío.

En el momento de servir lo espolvoreamos con eneldo. También podemos presentarlos con unos tostones de pan o unos cubitos de pepino.
Yo corté unos dados de queso feta y los pasé por el eneldo los coloqué en boles individuales, pero no se ven en las fotos porque quedaron cubiertos por el gazpacho, aunque estar, lo que se dice estar, estaban. Y qué rico quedó. Tanto que como sobró un poco al día siguiente repetimos.


Pronto reeditaré el post para subir la receta para Thermomix,... tenedme paciencia.