Normalmente dedico mucho tiempo en
verano a la conserva de tomates cherry por varios motivos: cuando
comienzan a llegar es tal la cantidad y fragilidad que hay que darles
una salida cuanto antes así que ensaladas con cherrys... y unas
cuantas horas de dedicación para limpiarlos,secarlos en el horno y
así conservarlos en aceite, por eso acaban siendo el único tomate
que como en ensalada durante el invierno. El segundo motivo es su
sabor y su versatilidad a la hora de usarlos en pizzas, pestos rojos,
focaccias, ensaladas invernales, incluso pan. Motivos y soluciones que
justifican sobradamente el tiempo dedicado a estas miniaturas. Pero
me faltaba confitarlos, hace tiempo que veía por ahí alguna receta para prepararlos así,
pero no acababa de decidirme ...y hoy ha sido el gran día: me trajeron
ayer poco menos de medio kilo y no era el momento de dedicarlos a una
ensalada (ahora que tenemos el tomate rosa de Barbastro en su mejor
momento) ni la cantidad era suficiente como para tanto tiempo de
preparación y horas de horno para el secado... No me enrollo más y
vamos a confitar.
1/2 kg de tomates cherry
3 dientes de ajo hermosos
1 cucharadita de pimientas variadas en
grano
1 hoja de laurel
2 pizcas de tomillo seco
1 cucharada de azúcar moreno
Aceite de oliva virgen
Pues resulta que la cosa es tan
sencilla como lavar, secar y quitar los rabitos a los tomates, pelar
los dientes de ajo y poner todo en una olla o cazuela ajustada al
volumen de los ingrediente. Una vez todo en la cazuela cubrimos con
aceite de oliva y ponemos al fuego llevándolo hasta justo antes del
punto de ebullición, y dejando confitar al mínimo de temperatura
durante una hora u hora y cuarto; retiramos del fuego, lo pasamos
todo a un bote (o varios) esterilizado y guardamos en la nevera. No
puedo decir cuánto tiempo aguantan en buen estado... ni creo que poe
esta vez pueda comprobarlo porque van a ser “despachados”
rápidamente.
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