¡Vaya! Iba a dejar un post con una
fantástica tarta de limón y merengue que hice en el mes de julio
para el santo de un amigo y he traspapelado la receta... llevo media
tarde buscándola y nada así que no voy a dejar pasar la ocasión de
compartir una receta dulce para empezar a hacerme a la idea de que se
nos acaba el verano. La verdad es que para mí el verano se acaba el
ocho de septiembre, que es cuando acaban las Fiestas Mayores de
Barbastro ... deberíamos celebrar el Año Nuevo justo en este
momento, cuando por fin en casa pisamos el freno y comenzamos la
adaptación a la rutina que nos ocupa la mayor parte del año.
Y ya que salen por aquí fiestas y
celebraciones voy a meterme en faena y a festejar el cambio de
estación estrenando un regalito que me trajo mi amiga Puri cuando
volvió de vacaciones -lo que me recuerda que, como de bien nacidos
es ser agradecido, tendré que volver a enharinarme para que
compruebe y paladee lo bien que va- pues dio la casualidad de que se
acordó de mí cuando vio el tapete para brazo de gitano de Lékué...
¡wow! ¡menudo invento! Este va a ser un invierno muy enrollado, ya
lo veo venir, y para ir cogiéndo práctica lo estrené para hacer el
postres del primer día de Fiestas, teníamos invitados, mi madre se
encargaba de preparar un Pulpo a Feira como sólo ella sabe (para la
vegeta de casa, o sea yo, hizo unas setas en salsa que aún me
relamo) unas gambas salteadas a todo fuego con pimienta -las borda- y
una ensalada sencilla y magistral de Tomate Rosa de Barbastro. Yo el postre, un
brazo de gitano de nata y moras con el que casi no podíamos después
del menú de la mami, pero que no perdonamos... había que coger
fuerzas para aguantar todas las Fiestas.
¡Oh, vaya! Ahora que leo casi podría haber comenzado con el clásico... “querido diario”. Bueno, ya está, me pongo con la receta.
¡Oh, vaya! Ahora que leo casi podría haber comenzado con el clásico... “querido diario”. Bueno, ya está, me pongo con la receta.
Para la masa
4 cucharadas colmadas de harina de
repostería
4 cucharadas colmadas de azúcar moreno
4 huevos (M)
Una pizca de sal
Batimos los huevos con el azúcar sin parar hasta obtener una textura cremosa que haya triplicado el volumen, hay que cargarla bien de aire. Añadir la harina tamizada con la sal y mezclar bien y cuidadosamente con movimentos envolventes. Extendemos en el tapete y ponemos al horno ya caliente, a 180º durante unos 20 minutos.
Batimos los huevos con el azúcar sin parar hasta obtener una textura cremosa que haya triplicado el volumen, hay que cargarla bien de aire. Añadir la harina tamizada con la sal y mezclar bien y cuidadosamente con movimentos envolventes. Extendemos en el tapete y ponemos al horno ya caliente, a 180º durante unos 20 minutos.
Jalea para pintar el bizcocho
50 g. de moras
50 g. de azúcar
150 ml. de agua
Preparamos un almíbar con el agua el
azúcar y las moras que trituraremos cuando éstas ya estén tiernas.
Las pasamos por un colador para separar los granillos. Cuando la
placa de bizcocho esté tibia la pintamos con el almibar de moras.
Para el relleno:
1/2 litro de nata para montar
80 g. de azúcar glass
1 cucharada rasa de maizena
1 cucharada de leche
2 tazas de moras maduras
Comenzamos a montar la nata con el
azúcar y, cuando empiece a hacer picos, pero antes de estar dura,
agregamos la fécula de maíz diluida en la leche, y la terminamos de
montar, dejándola muy firme.
Ahora vamos a componer el brazo
extendiendo, sobre la placa de bizcocho ya pintada con el almíbar,
una buena capa de nata montada (más o menos dos tercios del total
pues hemos de guardar para después cubrir o decorar el brazo),
después repartimos todas las moras (reservando una cuantas para la
decoración). Enrollamos el brazo ayudándonos con el tapete y lo
pasamos a la fuente o bandeja en la que lo vayamos a presentar,
cubrimos o decoramos con la nata y las moras y lo guardamos en la
nevera hasta el momento de servirlo.
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