miércoles, 9 de abril de 2014

Galletas de canela "sinsin"



... sin gluten, sin lactosa.





Érase una vez que me dio por comprar un libro con el que poder hacer postres fáciles sin gluten, porque no tenía ninguno y a veces tengo la impresión -errónea- de que una vez pasan a papel publicado la garantía de éxito de las recetas es real, ...pero mira que soy bruta (yo creo que es la primavera que algo me altera aunque la adolescencia me queda tan lejos como la Conchinchina) voy y me lo compro después de echarle un vistazo demasiado rápido, esto es algo impropio en mí, que miro y remiro antes de pasar por caja, que trato de encontrar quién y cómo escribe sobre cocina, que ya estoy muy escarmentada, pues nada, metí la pata hasta el fondo. Y lo peor fue que no me di cuenta hasta que ocurrió el desastre, así que, como en uno de los momentos memorables de la producción cinematográfica américana, a mis sufridos lectores pongo por testigos que NUNCA volveré a comprar un libro de recetas de manera compulsiva, aunque la resolución del desaguisado sea algo tan rico como lo que fui capaz de sacar de ahí.
Resumiendo: lo que iban a ser unas deliciosas rosquillas fritas resultó ser una masa que se desintegraba en el aceite y acabó siendo, con unos apaños como Dios manda, un festín de galletas de canela que pasarán a ser anotadas para repetir y repetir y repetir. ¿Os animáis? … vamos con ellas.




Ingredientes

200 g de harina de maíz precocida
200 g de maizena
180 g de azúcar blanco
1 huevo (L)
80 ml de aceite de oliva virgen
85 ml de leche vegetal (soja, arroz o almendras)
1/2 sobre de levadura de panadería sin gluten (la de maizena, por ejemplo)
La ralladura de 1 limón pequeño
1 cucharada de canela molida


Batimos en un bol el huevo con el aceite y la leche y, cuando esté bien mezclado, añadimos el azúcar, la canela, la ralladura y la levadura. Batimos un poco más y vamos añadiendo las harinas poco a poco, removiendo con una cuchara de madera y amasando después hasta obtener una pasta fina y homogénea. Tapamos el bol y dejamos enfriar bien en la nevera un mínimo de media hora. Sacamos l bola de mas de la nevera y la colocamos entre dos papeles de horno enharinados con maizena, para poder extenderla con un rodillo hasta alcanzar un grosor de unos 5 milímetros. Volvemos a ponerla en la nevera para que se enfríe bien y resulte más fácil cortarla y manejarla.

Calentamos el horno a 175ºC. Cortamos con un cortapastas la masa extendida y bien fría y vamos colocando las glletas en la bandeja de horno cubierta con papel. Horneamos entre 15 y 20 minutos, hasta que tengas un color ligeramente dorado. Al sacarlas del horno las pasamos rápidamente a una rejilla y las dejamos ahí hasta que se enfríen. Las guardamos en un bote hermético. Se sirven espolvoreadas con azúcar glace o con una mezcla de azúcar glace y canela. Tampoco hay que descartar darles una capita de cobertura de chocolate negro -o blanco- o decorarlas con glasa... la imaginación es libre y mejorará nuestras galletas, aunque no sea necesario mejorarlas porque están riquísimas.


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