... sin gluten, sin lactosa.
Érase una vez que me dio por comprar
un libro con el que poder hacer postres fáciles sin gluten, porque no tenía
ninguno y a veces tengo la impresión -errónea- de que una vez pasan
a papel publicado la garantía de éxito de las recetas es real,
...pero mira que soy bruta (yo creo que es la primavera que algo me
altera aunque la adolescencia me queda tan lejos como la
Conchinchina) voy y me lo compro después de echarle un vistazo
demasiado rápido, esto es algo impropio en mí, que miro y remiro
antes de pasar por caja, que trato de encontrar quién y cómo
escribe sobre cocina, que ya estoy muy escarmentada, pues nada, metí
la pata hasta el fondo. Y lo peor fue que no me di cuenta hasta que
ocurrió el desastre, así que, como en uno de los momentos
memorables de la producción cinematográfica américana, a mis
sufridos lectores pongo por testigos que NUNCA volveré a comprar un
libro de recetas de manera compulsiva, aunque la resolución del
desaguisado sea algo tan rico como lo que fui capaz de sacar de ahí.
Resumiendo: lo que iban a ser unas
deliciosas rosquillas fritas resultó ser una masa que se
desintegraba en el aceite y acabó siendo, con unos apaños como Dios manda, un festín de galletas de
canela que pasarán a ser anotadas para repetir y repetir y repetir.
¿Os animáis? … vamos con ellas.
Ingredientes
200 g de harina de maíz precocida
200 g de maizena
180 g de azúcar blanco
1 huevo (L)
80 ml de aceite de oliva virgen
85 ml de leche vegetal (soja, arroz o
almendras)
1/2 sobre de levadura de panadería sin
gluten (la de maizena, por ejemplo)
La ralladura de 1 limón pequeño
1 cucharada de canela molida
Batimos en un bol el huevo con el
aceite y la leche y, cuando esté bien mezclado, añadimos el azúcar,
la canela, la ralladura y la levadura. Batimos un poco más y vamos
añadiendo las harinas poco a poco, removiendo con una cuchara de
madera y amasando después hasta obtener una pasta fina y homogénea.
Tapamos el bol y dejamos enfriar bien en la nevera un mínimo de
media hora. Sacamos l bola de mas de la nevera y la colocamos entre
dos papeles de horno enharinados con maizena, para poder extenderla
con un rodillo hasta alcanzar un grosor de unos 5 milímetros.
Volvemos a ponerla en la nevera para que se enfríe bien y resulte
más fácil cortarla y manejarla.
Calentamos el horno a 175ºC. Cortamos
con un cortapastas la masa extendida y bien fría y vamos colocando
las glletas en la bandeja de horno cubierta con papel. Horneamos
entre 15 y 20 minutos, hasta que tengas un color ligeramente dorado.
Al sacarlas del horno las pasamos rápidamente a una rejilla y las
dejamos ahí hasta que se enfríen. Las guardamos en un bote
hermético. Se sirven espolvoreadas con azúcar glace o con una
mezcla de azúcar glace y canela. Tampoco hay que descartar darles
una capita de cobertura de chocolate negro -o blanco- o decorarlas
con glasa... la imaginación es libre y mejorará nuestras galletas,
aunque no sea necesario mejorarlas porque están riquísimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario