domingo, 9 de marzo de 2014

Magdalenas de higos secos, en aroma de ron y vainilla







            La excusa era sencilla, había que hacer magdalenas, y las hice como acostumbro, pero mientras terminaba de preparar la masa iba recordando la breve conversación con un amigo y, como pasa cuando sucede, un pensamiento me llevó a otro y a otro y así el ruido debió despertar a las musas que me encontraron trabajando, jejeje... no estoy diciendo que sea una gran artista, ni mucho menos, sólo que parafraseo al artista para dar fe de su acierto.¿Por dónde iba? ¡Ah sí! por aquello de que terminaba la masa y de que mi masa duerme por la noche, siempre mezclo antes de irme a dormir y la dejo en la nevera para, al día siguiente, levantarme y encender el horno, y de verdad creo que gran parte de su éxito radica en este sueño. No está bien dejar sin terminar lo que bien ha empezado, a la mañana siguiente hice mis magdalenas, las de siempre, ya tenía llenos tres moldes y no había suficiente para completar otro (seis magdalenas, grandes, por molde) y fue entonces, calculando para cuántas piezas quedaba cuando se prefiguraron las magdalenas que traigo al klibanos, no me paré demasiado a pensar porque imaginé los aromas que ya casi había podido sentir (en español y en francés) por la noche y ahí estaban, veinte minutos después salían del horno y llenaban la cocina.


            Para mis magdalenas de cada día utilizo la receta de Xabier Barriga que, hasta la fecha, es la que sale sí o sí, y además me permite hacer variaciones, que las hago (marmoleadas, de chocolate blanco o negro, con rellenos de mermelada, con aromas...) y con frecuencia. En este caso, lo que hice después del ensayo, fue recalcular para equilibrar y esperar a la noche para preparar una masa nueva, la definitiva (al menos de momento):





Ingredientes:
(para unas tres docenas de magdalenas)

6 huevos (M)
350 grs. azúcar moreno
150 grs. de leche
150 grs. de aceite de girasol
150 grs. de aceite de oliva
450 grs. de harina de repostería
1 sobre (15 grs.) de levadura química
1 cucharadita de café rasa de sal
4 grs. de canela en polvo
La ralladura de un limón o 1 cucharadita de café de esencia de limón.
150 ml. de ron añejo
80 ml. de vainilla líquida
250 grs. de higos secos
3/4 de taza de almendra laminada
Azúcar glass (yo he puesto hecho con azúcar moreno)





Preparación:

            Blanqueamos los huevos con el azúcar en un bol grande, añadimos el resto de ingredientes en el orden en que están relacionados, excepto los higos, las almendras y el azúcar glace, sin prisa para que se integren bien, y sin dejar de batir. Con una lengua o espátula bajamos todo lo que haya quedado por las paredes del bol y tapamos el recipiente con film transparente para que no se seque mientras lo dejamos reposar en la nevera, un mínimo de dos horas, yo lo dejo toda la noche.
Troceamos los higos secos en pequeños cuadraditos para lo cual resulta muy práctica una tijera de cocina: agarrándolos por el rabito practicamos cuatro o cinco cortes a lo largo sin llegar al final y luego otros tantos cortes transversales, desechamos el rabillo y terminamos de trocear la última tira del higo. Los dejamos tapados hasta que pase el reposo de la masa.

Calentamos el horno a 190º y preparamos los moldes con las cápsulas de papel de las magdalenas.
Sacamos la masa de la nevera, añadimos los higos troceados mezclando bien pero sin brío, para que queden repartidos sin perderse la gasificación que ha producido la levadura química. Repartimos en las cápsulas llenándolas hasta 3/4 de su capacidad y repartimos un poco de almendra laminada por encima.
Horneamos a 190º durante 17 minutos (no olvidamos la prueba del palillo para comprobar que está cocida la masa)
Dejamos enfriar dentro del molde unos 10 minutos y después sobre una rejilla hasta que estén completamente frías. En el momento de servirlas espolvoreamos azucar glass.




No hay comentarios:

Publicar un comentario