... para Paula.
Diría yo que con esta receta hay que
empezar sin preámbulos, porque es de esas cosillas que no han de
hacerse esperar pues viene en dos entregas, o mejor dicho, en un
“2x1” pues la cosa es hacer la crema de almendras tostadas y
chocolate negro y después usarla no sólo para comer sobre galletas,
pan o magdalenas, sino liarse un pelín más y alegrar una merienda o
un desayuno haciendo unos mini croissants que acabarán
desapareciendo en un suspiro.
Primero a por la crema, que no es
invento mío sino una versión personal de la creada y publicada hace un par de
meses por Paula, de Mi Enredadera, para regocijo de sus seguidores,
como que cuando la vi salí disparada a por almendras tostadas. Me encantó, la
versioné porque me apasiona el chocolate negro muy negro y le
prometí a Paula un homenaje en El Klibanos, así que éste es el
momento de dedicarle estos minicroissants rellenos con la versión
'sólo para adultos' de su crema de almendras tostadas. ¡Va por ti,
guapa!
Primero preparamos la crema:
1/2 taza de almendras tostadas peladas
1/2 cucharada de miel sin refinar
40 g de chocolate negro (85% cacao)
2 cucharadas de aceite de nuez
Colocamos las almendras en la batidora
o en la picadora y vamos moliéndolas, parando frecuentemente para
bajar lo que se va quedando por las paredes. A esta parte del proceso
hay que añadirle una gran dosis de paciencia, pues hemos de ir
triturando así, poco a poco, las almendras hasta que queden
completamente molidas y tengamos una pasta ligeramente aceitosa a la
que añadiremos despacio también las dos cucharadas de aceite de
nuez y la miel. Mientras tanto habremos derretido al baño maría el
chocolate que ahora incorporamos a la pasta de almendras y mezclamos
bien con ayuda de la batidora. Cuando ya tengamos nuestra crema la
pasamos a un bote y guardamos. Si la dejamos a temperatura ambiente
(y el ambiente es cálido-cocina) la crema se mantendrá cremosa, si
el ambiente es tirando a fresco o lo guardamos en la nevera la crema
se endurecerá, pero también aguantará más tiempo en buen estado.
Yo la guardo en lugar fresco y cuando la unto sobre el pan caliente
recién tostado se funde enseguida, pero bueno... la verdad es que no
dura mucho, así que no hay problema en conservarla fuera.
¡A por los croissants!
1 placa rectangular de hojaldre fresco,
o descongelado
Crema de almendras tostadas y chocolate
negro
4 cucharadas de almendras laminadas
Un poco de leche (de vaca o vegetal) o
huevo batido, para pintar los croissants
Azúcar glass
Precalentamos el horno a 220ºC.
Extendemos la placa de hojaldre y la
cortamos a lo ancho en cuatro rectángulos, luego cada rectángulo
lo cortamos por la diagonal, de manera que obtenemos ocho triángulos
muy “alargados”, a los que practicaremos un pequeño corte (1cm) en el
centro de la base para abrirla como en dos mitades, como dos patitas
que dejaremos ligeramente separadas.
En el vértice del corte, colocamos una
bolita de crema de almendras y chocolate y enrollamos el triángulo
desde la base, con el relleno en el centro hasta la punta, cuyo
vértice dejamos en la parte inferior del croissant para que no se
levante al cocerse en el horno. Repetimos con los triángulos
restantes y colocamos nuestros croissants en una bandeja de horno
cubierta con papel.
Pintamos con leche o huevo batido los croissants y repartimos por encima la almendra laminada. Horneamos unos 15-20 minutos, hasta que tengan un bonito color dorado, sacamos, pasamos a una rejilla y, cuando estén tibios, los ponemos en una bandeja y espolvoreamos con azúcar glass... Ahora a disfrutar.
Pintamos con leche o huevo batido los croissants y repartimos por encima la almendra laminada. Horneamos unos 15-20 minutos, hasta que tengan un bonito color dorado, sacamos, pasamos a una rejilla y, cuando estén tibios, los ponemos en una bandeja y espolvoreamos con azúcar glass... Ahora a disfrutar.
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