Se puede comprender que llega la
primavera y apetece más entretenerse por la calle y disfutar del sol
que nos espera a la vuelta de la esquina o en la Plaza del Mercado
que encerrados en casa con el mocho y los pucheros borboteando. Si es
eso lo que te ha pasado y se ha acercado tanto la hora de comer que
vuelves a casa corriendo y con la conciencia a punto de desparramarse
de tan cargada... no hay que preocuparse, en un santiamén tenemos
preparado un plato de pasta completo que hará las delicias de
grandes y peques, incluso de aquellos a los que no les “molan”
las espinacas y ya no les cuelas el mito de Popeye. En fin, que gusta
y rebañan, doy fe.
Es cierto que, con las cantidades
indicadas, sobrará salsa pero las he mantenido porque hay quien más
que tallarines con cremoso de espinacas prefiere servirse cremoso de
espinacas con tallarines (¿por qué me miráis a mí?) así que si
es el caso de varios de vuestros comensales igual casi hacéis corto
y todo, jejeje. ¡Venga, basta de charla y a la cocina!
Ingredientes:
400 g. de tallarines
400 g. de tallarines
150 g. de cebolla picada
2 dientes de ajo
2 cucharadas de aceite de oliva
750 g. de espinacas congeladas (yo
empleo las que van sin picar)
25 g. de mantequilla
70 g. de queso muy curado rallado
1 cucharada de mejorana
1/2 l. de nata
Sal
Pimienta negra recién molida
Leche (la suficiente para aclarar a
nuestro gusto)
Primero la salsa, porque ha de ser ésta
quien espere a la pasta y no al revés.
Sofreímos en una sartén con el aceite
de olica la cebolla picada y cuando ya casi esté transparente le
añadimos los dos dientes de ajo picados muy menudos. Incorporamos la
mantequilla, dejamos derretir y echamos las espinacas, salteando o
removiendo unos 10 minutos, hasta que quede, bien rehogadas. Es el
momento de añadir la nata, el queso rallado y la cucharada de
mejorana; si resulta muy espeso (dependerá del porcentaje de materia
grasa de la nata que empleemos) vamos aclarando poco a poco con
leche, que iremos añadiendo conforme la salsa vaya hirviendo y
espesándose, hasta que alcance el punto de cocción y cremosidad que
nos guste. Salpimentamos y reservamos fuera del fuego pero tapado y
manteniéndolo caliente.
Hervimos los tallarines en abundante
agua con sal el tiempo indicado en el paquete, escurrimos, repartimos
inmediatamente en los platos, cubrimos con la salsa y servimos. Sin
demora.
Rápido, completo y muy sabroso, que
hay que disfrutar de la primavera. Buen provecho.
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